Hay veces que miro a la gente y digo: 'de onda, está gente que onda?'. Me caen mal, no pegan conmigo, ¡ que hago acá oh por dios !. Sin embargo a la semana miro así un vistazo general y digo, 'que suerte, pero que SUERTE tengo de tener a esta gente rodeándome, hasta con las cosas que me caen mal de ellos, porque esas mini cosas son las que las hacen hacer ellos'. Es raro y loco como me cambian el concepto de las cosas de un día para el otro, o de una semana para la que sigue. Aveces, generalmente cuando me están sucediendo en el momento, me quejo de lo conchuda que puedo llegar a ser, pero cuando lo ves objetivamente, desde lejos, me doy cuenta qu
e ser cambiante es lo más copado que me pudo haber pasado. Es divertido, aunque en el momento puede ser que sea una tortura inexplicablemente dolorosa. Es todo lo que conlleva llamarse Micaela y ese tipo de percances que uno tiene al nacer. Ok, ahora si me agarró la modorra.
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