miércoles, 13 de abril de 2011

que viva la ciencia, que viva la poesía

Volver a tropezar, volver a levantarse y nuevamente, volver a caminar. No hay nada más simple en la vida que esta sucesión de hechos , y a la vez, nada tan difícil. ¿ Como volver a levantarse, después de haber tropezado tantas veces con lo mismo ?, ¿ que se hace cuando con lo que creciste, se convierte en algo totalmente diferente?, ¿ que haces cuando ya no te quedan ganas de seguir con lo que vivís, cuando con lo que idealizamos vivir no se presenta en la realidad?. Y siempre, siempre y siempre, encontré la misma respuesta a todo eso. En realidad, no es una respuesta, son los detalles. Para mi, los detalles, son los que le dan color a todo. Vivir en un mismo contexto y derrepente, opa!, un detalle. Cosas pequeñas, que son en realidad, TAN GRANDES. Salvan la rutina, es más hacen desaparecer la monotonía de cada día. Algo diferente para desayunar, un plan inesperado para el fin de semana, una caricia de la nada, descubrir una nueva palabra, encontrar una nuevo entretenimiento, verse al espejo y sentirte linda, un día de lluvia con arco iris, encontrar algo super estúpido para hacer, pero que te haga reír como nadie. Reencontrarme con ropa y volverla a usar, lo mismo con la canciones. ( véase miiiiiiiiiiicheeeeeeeeeeeel, m' belle). El olor a tilo que hay a la vuelta de mi casa, quedarse dormida, sin darse cuenta y que un mensaje de texto tierno te despierte. Llamados de gente que querés mucho, solo para charlar un ratito. Encontrar, ordenando, cartas, fotos, papelitos, cositas viejas que te recuerden a algo. Una buena carcajada, observar a la gente y que te llene de amor verlos hacer gestos, comentarios TAN de ellos. Todas esas cosas (y miles más), a mi entender, por más chiquitas que sean esas cosas comparadas con la vida en si, son las que me hacen reflexionar en las cosas MÁS GROSAS que hay, o que al menos a mi se me ocurren. El otro día, me pasó algo rarísimo; volviendo del colegio, escuchando música miré el cielo, esperando un semáforo y pensé en lo loco que es que el mismo cielo que estaba mirando en ese momento, fue el mismo que estaba cuando fue el recital de Woodstock. Fue extraño, y eso me hizo pensar , ya en mi casa, que es el mismo cielo, el mismo PARA TODOS los que son y los que fueron, y los que serán (hasta que se acabe el mundo, claro está). Curiosamente, esa misma noche me acosté a leer 1984, (el cual no puedo terminar porque me está resultando un tanto denso, pero ya empezaron las partes de tortura, asi que se puso), encontré un párrafo con LA MISMA IDEA que me habia planteado ese mismo día. He aquí el párrafo encontrado: "Era curioso pensar que el cielo era el mismo para todo el mundo [...]. Y en realidad las gentes que vivían bajo ese mismo cielo eran muy parecidas en todas partes, centenares o millares de millones de personas como aquella, personas que ignoraban mutuamente sus existencias, separadas por muros de odio y de mentiras, y sin embargo casi exactamente iguales; gentes que nunca habían aprendido a pensar, pero que almacenaban en sus corazones , en sus vientres y en sus músculos la energía que en el futuro habría de cambiar al mundo". Por ahí me fui un poco a la mierda, citando este texto, pero en ese momento, cuando ese mismo día leí eso dije: me están filmando, algo grave está pasando. Y eso fue lo que hizo al día especial. No fue nada, en comparación a las cosas que uno suele hacer los días normales de su vida, pero fue algo que me sacó del lugar cómodo de la rutina, y fue lo que lo hizo, un día copado.
Ahora, este modo de vivir cosas sublimes, lleva consigo un problema; cuándo ya no hay más detalles que ver. Cuando un día se ausentan las cosas que me hacen pensar, opa, estoy viviendo, ahí es cuando surge mi vacío y mi tendencia al suicidio. Y ahora voy a nuevamente utilizar el recurso de las citas, pero esta vez, de una gran amiga mía, que dijo: " ¿VIVIR O NO COLGADO DE LA PALMERA?, ESA ES LA CUESTIÓN", mandando a Shakespeare a lavarse el orto. Es una muy buena reflexión... pasado a limpio ¿HACERSE, O NO, LA BOLUDA?. Claro, las dos tienen sus ventajas. Cuando una se hace la boluda, pasase la vida haciéndose la boluda, yendo al colegio haciendo se la boluda, comprando galletitas haciéndose la boluda, hablando con sus amigas, amigos, novio, familia haciéndose la boluda, la vida pasa así, como una... haciéndose la boluda, por lo tanto se vive en el limbo, en un constante stand by, donde nada es lo suficientemente terrible para llorar, pero tampoco nada es suficientemente bueno como para llorar de risa. En fin, una, haciéndose la boluda, vive una vida boluda. Pero que pasa, no se sufre, no se llora, no se preocupa, no se perturba, una vida cómoda.
Ahora, eligiendo vivir una vida a flor de piel, pasa lo que me pasa a mi. Crisis, constante. Básicamente. La cosa está en saber en hacerse la boluda cuando me conviene, sin que la vida te termine boludeando. Es extraño, todo. ( y si loco, tengo aparatos, una sonrisa de mierda y subo igual una foto riéndome, porque soy heavy)

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